“Las lámparas se
apagan en toda Europa. No volveremos a verlas encendidas antes de
morir”. (Canciller Británico Edward Grey).
En Europa, la
industrialización de mediados del siglo XIX, había generado
profundos cambios, transformado la fisonomía de las principales
ciudades, la expansión del capital y proporcionado un período de
prosperidad y brillo a la humanidad, que de esa manera se denominó
la “bella época europea”. Sin embargo, al mismo tiempo, se
estaba formando desde esa misma génesis capitalista, una férrea
competencia entre las naciones europeas e industrializadas, que
desembocaría en el primer conflicto bélico del siglo XX.
“La Gran Guerra del
Mundo”, como se la denominó en su momento, se inició con el
asesinato del príncipe austro – húngaro Francisco Fernando, por
un nacionalista serbio en junio de 1914. Sin embargo, este incidente
internacional entre dos naciones, no podía ser otra cosa que una
causa como mucho de un conflicto bilateral. No explica, por lo tanto,
la generalización del conflicto entre los países europeos.
Antecedentes.
La
misma industrialización de la segunda mitad del siglo XIX que había
dotado prosperidad a la civilización europea, y expandido el
capital, generó una competencia europea durante la exposición de la
política imperialista europea de fines del siglo XIX, la denominada
“carrera colonialista”.
Esa misma competencia colonialista, generó una rivalidad militarista como forma de garantizar la posesión de los dominios coloniales, la carrera armamentista alimentó las primeras tensiones entre las naciones europeas, aunque en escenarios del continente africano y del cercano oriente asiático. Producto de ese binomio de la carrera armamentística y colonialista, las naciones europeas comenzaron a formar alianzas de mutua defensa: la triple entente (Gran Bretaña, Francia, Rusia) y la triple alianza (Alemania, Italia e Imperio Austro-Húngaro)1. Estos sistemas de alianzas producirían un doble efecto sobre las relaciones intereuropeas: por un lado un “equilibrio europeo”, y por otro aspecto una “paz armada”, ya que las alianzas generaban una equidad de relaciones y competencias, pero a su vez, una relativa estabilidad en las relaciones, mientras era visible la militarización de los sistemas de alianzas y de las naciones que las componian. Al ocurrir el incidente y conflicto austro- serbio, se descubrirá que conflictuar las alianzas, generalizará la guerra entre las naciones europeas. Los sistemas de alianza de principios de siglo XX, haran inevitable la Primera Guerra Mundial.
Esa misma competencia colonialista, generó una rivalidad militarista como forma de garantizar la posesión de los dominios coloniales, la carrera armamentista alimentó las primeras tensiones entre las naciones europeas, aunque en escenarios del continente africano y del cercano oriente asiático. Producto de ese binomio de la carrera armamentística y colonialista, las naciones europeas comenzaron a formar alianzas de mutua defensa: la triple entente (Gran Bretaña, Francia, Rusia) y la triple alianza (Alemania, Italia e Imperio Austro-Húngaro)1. Estos sistemas de alianzas producirían un doble efecto sobre las relaciones intereuropeas: por un lado un “equilibrio europeo”, y por otro aspecto una “paz armada”, ya que las alianzas generaban una equidad de relaciones y competencias, pero a su vez, una relativa estabilidad en las relaciones, mientras era visible la militarización de los sistemas de alianzas y de las naciones que las componian. Al ocurrir el incidente y conflicto austro- serbio, se descubrirá que conflictuar las alianzas, generalizará la guerra entre las naciones europeas. Los sistemas de alianza de principios de siglo XX, haran inevitable la Primera Guerra Mundial.
Características.
La guerra se desarrolló fundamentalmente en escenario europeo,
durante 4 años, pero intervinieron fuerzas militares provenientes de
las naciones europeas y de sus dominios coloniales.
A su vez, participaron en forma indirecta otras naciones proveyendo con suministros alimenticios a las fuerzas combatientes (como en el caso de Uruguay a las fuerzas de la triple entente con alimentos enlatados). El hecho de que los protagonistas de esta guerra fueran naciones industrializadas y con poderío económico, hará que la guerra tuviera características innovadoras respecto de las guerras convencionales anteriores:
A su vez, participaron en forma indirecta otras naciones proveyendo con suministros alimenticios a las fuerzas combatientes (como en el caso de Uruguay a las fuerzas de la triple entente con alimentos enlatados). El hecho de que los protagonistas de esta guerra fueran naciones industrializadas y con poderío económico, hará que la guerra tuviera características innovadoras respecto de las guerras convencionales anteriores:
- Modernización del transporte y comunicación: ferrocarril, vehículos motorizados (camiones, automóviles, motocicletas), telégrafo y la publicidad. La modernización en los medios de transporte y comunicación permitió el rápido traslado de contingentes militares en grandes distancias, la comunicaciones entre las fuerzas militares en combate y la publicidad sirvió al reclutamiento, al uso de psicología de guerra contra el oponente.
- Guerra de múltiples frentes: la modernización de los transportes, y las comunicaciones permitió el desarrollo del conflicto en varios frentes simultáneos: Frente occidental (territorio de Francia), frente oriental (territorio de Polonia), frente naval (mediterráneo y atlántico norte). Los más intensos combates se desarrollaron en el territorio francés, aún así, dentro del mismo frente de combate, el transporte de tropas, movilizándose, e ataque o en refuerzos no hubiera sido posible sin los vehículos motorizados y las comunicaciones. Es la llamada guerra de movimientos.
- Guerra de trincheras. La equidad de las fuerzas combatientes, llevó a que las fuerzas militares buscaran refugio cavando profundas y extensas trincheras a la espera de refuerzos desde la retaguardia o el momento indicado para atacar al oponente. Las trincheras mas extensas estaban realizadas en el territorio francés y los soldados debían permanecer meses en ellas. De hecho, la guerra terminó en esta última fase de la guerra: la guerra de posiciones.
1Durante
el transcurso de la guerra habría cambios en estas alianzas: En la
triple entente se incorporarían Italia en 1915 proveniente de la
triple alianza y Estados Unidos en 1917, mientras que se separaría
Rusia en el mismo año. En la triple alianza se alejaría del
sistema Italia, en 1915.
Consecuencias.
Las
consecuencias de la guerra se deben determinar desde dos puntos de
vista: desde el punto de vista del resultado de la guerra en sí
mismo, y las consecuencias derivadas de la firma del Tratado de
Versalles en 1918. Aún así, se pueden sintetizar las consecuencias
económicas, sociales, culturales y políticas que ha tenido la
Primera Guerra Mundial.
Al
finalizar la guerra, y firmarse el Tratado de Versalles, los
vencedores (Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos) impusieron
modificaciones en el mapa europeo a los efectos de desmembrar los
imperios de la Triple Alianza. De esa manera, se recortaron
territorios de los imperios Turco Otomano, el Austro- Húngaro y el
imperio Alemán. De ese recorte territorial, surgieron nuevos Estados
(Checoslovaquia, Austria, Polonia, Siria, Palestina, etc.).
Economicamente,
los resultados de la guerra fueron devastadores. Las estructuras
productivas destruidas por el tránsito de la guerra, bosques
arrasados, campos de cultivo con trincheras cavadas o inutilizados
con minas, la ganadería exterminada. Paralelamente, la industria
superviviente había sido empleada para la producción militar y la
que no fue bombardeada. En este aspecto, el económico, no hubo
distinción entre vencdos ni vencedores. La Primera Guerra Mundial
representó el fin de los imperios del siglo XIX.
Complementariamente, las finanzas de los Estados europeos no podían
estar peor: excesivos gastos militares, endeudamiento externo,
deficit fiscal. En el caso de Alemania, se le impuso como condición
de nación vencida, el pago de daños y perjuicios a los vencedores
(Francia, Estados Unidos, Gran Bretaña, aunque éstos dos últimos
pocos años despues le condonaron la deuda a Alemania), que se sumo a
su alto endeudamiento fiscal. Así se produjo en Europa y en caso
extremo en Alemania, una hiperinflación de precios y elevada
devaluación monetaria.
En
los aspectos sociales y culturales: la alta mortandad y la
proliferación de enfermedades por las carencias sanitarias y las
emigraciones compulsivas (huyendo de la guerra) generó una
estrepitosa caída demográfica. Esto incidió en la disponibilidad
de mano de obra, agravando la caída productiva de las naciones
europeas, sin mencionar las millonarias cifras de incapacitados que
generó la guerra.
La
guerra arruinó a las clases medias que aspiraban al ascenso social
durante los tiempos anteriores a la guerra y el paro, el desempleo
incremento la pobreza entre las clases trabajadoras
En lo cultural, la guerra generó un saldo
positivo: la guerra empleó la inmensa población activa de
trabajadores masculinos, por lo que en las ciudades y naciones, las
mujeres sustituyeron a la población masculina en sus tareas
productivas. Esto generará una expansión de los roles
socio-culturales de la mujer, y ya no será tan mal visto ver a una
mujer fumando, vistiendo pantalones o participando en clubes sociales
que antes eran exclusivos de los hombres. Coincidirá y no por
casualidad con la participación de la mujer en política y la
consagración del sufragio universal pleno.