Golpe de Estado y Dictadura Militar
en Uruguay 1973-1985.
El 27
de juniode 1973, el Presidente J.M. Bordaberry decreta la disolución
de las cámaras legislativas, produciéndose el Golpe de Estado e
iniciándose doce años de la Dictadura Militar que ocasionó un gran
impacto en la sociedad y la historia uruguaya de fines del siglo XX.
Antecedentes.
Políticamente,
la asunción de los colegiados blancos (1958-1966), es el inicio de
un período de conservadurismo oligárquico y crisis de la democracia
liberal, que se extendería hasta fines del siglo xx. Esto se
fundamenta en que a partir de allí, los derechos civiles se
limitarían (en un principio con el uso de las medidas prontas de
seguridad, con la declaración del “estado de guerra interno”
durante el pachecato y a posteriori de la dictadura militar con el
predominio económico y social de una oligarquía que se beneficiaba
del impulso al modelo neoliberal, por el cual las riquezas producidas
en el país se concentraría en menos de un 10% de la sociedad
uruguaya.
Si
concebimos que la dictadura es militar, es decir el gobierno de facto
dirigido por militares, la crisis democrática que lleva a este
período, se expone con la intervención de las FFAA en el ámbito
político, más allá de su rol natural asignado, es decir la defensa
nacional ante un ataque exterior. Esta crisis democrática – en
esos términos-, se puede apreciar durante la década del 60 cuando
las libertades individuales (de expresión, asociación, de prensa,
etc.) se cercenan cuando el Poder Ejecutivo decreta las medidas
prontas de seguridad para reprimir las movilizaciones sindicales
(produciendo las primeras víctimas en estudiantes y trabajadores),
censura a la prensa y proscribe partidos políticos.
La
crisis económica y social que se inicia en 1955 expuesta en la
inflación de precios, la caída del salario real, y la caída del
producto interno, generaron el incremento de las movilizaciones
sociales, sindicales y políticas. Pero también el surgimiento de
los movimientos armados. Ante toda esta conflictividad política y
social, el gobierno -de naturaleza conservadora y oligárquica- se
propuso mantener el orden interno con autoritarismo, bajo la
influencia externa de la Doctrina de la Seguridad Nacional y la
Defensa Hemisférica propiciada por la administración Kennedy de
EEUU, en el contexto de la Guerra Fría. Las FFAA fueron asumiendo un
nuevo rol en el país, cuando los gobiernos blancos, de Pacheco Areco
y Bordaberry se lo habilitó a través de las medidas prontas de
seguridad y la “Declaración del Estado de Guerra interno”.
En
1972, la guerrilla había practicamente sido derrotada por las FFAA,
en especial el MLN-T “tupamaros”, con los cuales comienza una
“tregua armada” y las “conversaciones” con su dirigencia
hasta la caída en detención de su principal dirigente y fundador
Raúl Sendic.
Este “alto al fuego” y las consiguientes diálogos entre
guerrilla y fuerzas armadas, ponen en evidencia nuevamente el rol
asumido en política interna y el intervencionismo en la misma, las
FFAA se exponían en un espacio no natural a su rol.
Entre enero y febrero de 1973, las fuerzas conjuntas emitían
publicamente los comunicados n° 4 y 7 a la opinión pública. En
ellos, hacia referencia a análisis de la coyuntura económica
política del país. Las reacciones de la época fueron diversas,
algunas de ellas inesperadas, como el de la CNT, que manifestando su
concordancia con los contenidos expuestos en ambos comunicados, se lo
hizo saber así a las FFAA, las cuales pusieron su distancia con la
central de trabajadores. La otra razón, y ésta esperable fue la de
la clase política participativa del parlamento uruguayo: rechazaron
las expresiones políticas de lo comunicados por ser expresiones
ajenas a la naturaleza militar de las FFAA. En ese mismo febrero, el
Presidente y la Junta de Oficiales Generales o “Junta militar”,
constituyeron el COSENA (Consejo de Seguridad Nacional), un organismo
constitutivo del Ejecutivo por el cual pasarían las disposiciones
del gobierno en materia del orden interno. En abril, el Ejecutivo y
las FFAA a través del COSENA piden el desafuero de los senadores
Enrique Erro y Zelmar Michelini (ambos del Frente Amplio), para
someterlos a la Justicia Militar. El rechazo parlamentario del
desafuero de sus legisladores fue el argumento decisivo para que el
Ejecutivo y las FFAA disolvieran el parlamento en junio de ese año.
Los
períodos de la dictadura militar.
El desarrollo histórico de la Dictadura Militar se puede dividir en
tres períodos, tomando la concepción del politologo Luis Eduardo
González que popularizó G. Caetano: período comisarial,
fundacional y transicional. Los tres períodos estudian las
características del período dictatorial en base al rol que tuvieron
en él las FFAA.
El primer período, es decir el “período comisarial” (1973-
1976) se denomina así porque las fuerzas conjuntas forman gobierno
con el Presidente de la República y tienen la tarea del control del
orden interno. Al iniciar el período dictatorial, Presidente y Junta
Militar, a través del COSENA, se comprometen a restablecer las
instituciones en 1976, año en el que habría elecciones nacionales.
Este período es el de mayor represión y autoritarismo: se clausuran
periodicos, se proscriben dirigentes y partidos políticos, se
realizan detenciones sumariales (pasados por el tribunal militar),
ocurren desapariciones y muchos recurren al exilio político.
El segundo período (1976 – 1980), denominado “fundacional”,
comienza cuando se procura institucionalizar el nuevo orden a través
de las proyecciones políticas del Presidente y de la Junta Militar.
En 1976, el Presidente Bordaberry presenta a la Junta Militar su
proyecto de reforma constitucional, el cual no sólo es rechazado por
la Junta Militar, sino que además el mismo Presidente se ve obligado
a renunciar a la titularidad del gobierno. El Proyecto del Presidente
resultaba fiel a la línea más conservadora de los intereses que
representaba el gobierno: eliminación del sistema político de
partidos y la única habilitación de un partido único de “notables”
(en su mayoría ex presidentes y legisladores conservadores),
proscripción de los sindicatos, el legislativo quedaría constituido
por el Consejo de Estado que a su vez no se elegiría
democráticamente (de hecho elimina el sistema de sufragio), sino por
el sistema de coptación (el legislativo saliente elige al entrante.
Rechazado este proyecto de reforma constitucional, la Junta Militar
propone otro proyecto que comparativamente con el presidencial
resulta mas democrático: habilitación de sindicatos y partidos
políticos bajo control de la Junta Militar, rehabilitación del
sistema político y democrático del sufragio. Para que este proyecto
fuese legitimado, se necesitaba la aceptación político – social,
por lo que el mismo fue plebiscitado en 1980. Los resultados del
mismo llevarían al inicio del tercer período, el transicional.








El período transicional, se inicia cuando el plebiscito de 1980
resulta negativo a la propuesta de continuidad del régimen militar.
A partir de allí se constituye la COMASPO (Comisión de Asuntos
Políticos), y las conversaciones entre integrantes de la Junta
Militar y dirigentes polítcos para establecer las pautas por las
cuales transcurriría la transición democrática. Con el Frente
Amplio proscripto políticamente y los dirigentes Líber Seregni y
Wilson Ferreira Aldunate aún detenidos, los acuerdos alcanzados en
el Pacto del Club Naval (con dirigentes del Partido Colorado como
únicos interlocutores de los partidos políticos), fueron polémicos
y cuestionados politicamente. De ese acuerdo resultaría en lo
inmediato, la resolución del retorno a la democracia política en
forma parcializada: se fija la instancia de las elecciones internas
de los partidos políticos (por la cual se decidiría los candidatos
partidarios) para 1983 y las elecciones nacionales en 1984. Todo esto
con el mantenimiento de los dirigentes del Frente Amplio y Partido
Naciona detenidos y por lo tanto imposibilitados de presentarse como
candidatos, y el Frente Amplio que sólo se puede presentar bajo el
lema PDC a las elecciones nacionales. En estas condiciones, en las
elecciones presidenciales de 1984, el partido con mayores
posibilidades de triunfo electoral sólo podría ser el Partido
Colorado.
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